DECLARACIÓN ARTÍSTICA
La obra de Sara nace de una profunda conexión con la naturaleza, inspirándose especialmente en los paisajes de Mallorca, su belleza mediterránea y la dualidad entre agua y tierra. Desde la infancia, ha mantenido un vínculo estrecho con la costa de la Serra de Tramuntana, creciendo inmersa en sus aguas, lo que ha marcado profundamente su visión artística y su relación con el entorno. La isla, con sus aguas cristalinas, montañas imponentes y playas doradas, se convierte en el punto de partida de una de sus líneas de trabajo: explorar sus rincones le ha permitido admirar su esplendor, pero también comprender su delicada fragilidad.
En esta primera línea, sus obras adoptan un carácter abstracto que evoca vistas aéreas del territorio. Los tonos tierra dialogan con los azules profundos del mar, y su paleta –ocres, sienas, turquesas y azules– refleja la constante interacción entre lo sólido y lo líquido. La técnica acompaña este contraste: materiales densos y texturados para la firmeza de la tierra frente a transparencias fluidas que evocan el dinamismo del agua. Así, sus lienzos se convierten en paisajes oníricos que invitan al espectador a sumergirse en la esencia del Mediterráneo.
Paralelamente, Sara desarrolla una segunda línea de investigación donde el proceso pictórico se convierte en un ejercicio de depuración y selección. Tras crear un fondo fluido en técnica mixta, deja que la imagen repose en un tiempo de silencio y contemplación, hasta decidir lo que merece permanecer en la composición. Lo valioso emerge luminoso; lo superfluo se desvanece bajo un manto de color. Este gesto no sólo define su propuesta artística, sino también una filosofía de vida: dar espacio y luz a lo que importa, silenciar lo insustancial.
Esta visión conecta directamente con su preocupación por sostenibilidad. La pintura, en este gesto, se convierte en un recordatorio de la importancia de reducir lo superfluo y quedarse con lo que aporta valor. Reutilizar, resignificar y reducir son prácticas que atraviesan tanto su proceso creativo como su manera de habitar el mundo, proponiendo un ritmo más sereno y consciente. En tiempos de saturación, sus obras nos invitan a reconocer que la verdadera luminosidad surge cuando aprendemos a elegir con cuidado lo que merece permanecer.
Además, a raíz de colaboraciones recientes en proyectos de interiorismo, ha iniciado una tercera vía de investigación centrada en el collage. Esta práctica, más minimalista y serena, se integra en espacios donde la calma da paso a la elegancia. Trabaja con la textura natural de la tela sin tratar y la delicadeza del papel de seda, evocando el juego infantil de un rompecabezas en el que las piezas son formas, colores y transparencias. Guiada por la intuición, descubre nuevas conexiones entre los materiales, encontrando belleza en la sencillez y reafirmando su pasión por la búsqueda de la armonía visual.